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"DELFÍN" respiro SIMPLE de MAYO 2018



“No os olvidéis de llevaros la toalla, el gorro, el bañador, albornoz, también las chanclas, probablemente una esterilla… Ah, y una fuerte dosis de sonrisas…” Tal y como recordaban por el grupo de WhatsaApp, Miguel del Pozo, el presidente y fundador de Héroes, y Lola, voluntaria de la asociación, la jornada del pasado día 25 prometía, y mucho. Aquel día, aunque amanecía con un cúmulo de nubes que amenazaban el disfrute, tuvo lugar en Fortuna uno de esos “respiros” grupales que quedarán para el recuerdo.

Entre tanta expectación y con unas ganas inmensas de poder celebrarlo, ya se había organizado, desde las 9:00 de la mañana, una quedada en el Centro Comercial Myrtea para partir juntos, como una familia, hacia las cálidas y reconfortantes aguas termales de los baños de Fortuna. Una experiencia que prometía dejar tras de sí una jornada muy enriquecedora; un nuevo alivio lleno de risas y buenos momentos tanto para los cuidadores, por y para los que se movió la asociación, como para los voluntarios que allí estarían para aportar su granito de arena. El evento se dividiría en tres actos: el primero de ellos, un taller de risoterapia (a las 10:00), en segundo lugar, otro taller de masaje tailandés (a las 11:00), una comida en restaurante del hotel y, para finalizar, un relajante circuito termal durante noventa minutos y un baño en la playa artificial dentro de las propias instalaciones. Casi nada.

El primer juego del taller de Risoterapia fue una telaraña de nombres en el que nuestros colaboradores terminaron hechos un lío

Como siempre se expresa desde Héroes, la participación iba a ser crucial para poder darle unas horas de máximo confort y emociones a nuestros cuidadores de la dependencia, más que nada, porque de ellos mismos dependería el devenir del evento. Y vaya si hubo implicación: un total de 16 participantes que se desplazaron hasta el lugar y amenizaron el tiempo de aquel o aquella con la que compartían actividad, ya fuera en el taller de risoterapia, la sesión de masaje tailandés o incluso el baño posterior de clausura en las ansiadas aguas termales.


La monitora de los talleres de risoterapia y maisaje tailandés, Manuela, en plena acción con la espalda de nuestra cuidadora Santi



Manuela no tortura, de hecho, disfruta reparando las energías de Lola



El taller concluyó con una masterclass de masaje acompañada de música zen y sales aromáticas


La idea era romper el hielo, unir a todos los integrantes del respiro para que se sintieran como uno y, sobre todo, para que tomaran consciencia de que allí, entre cuidadores y voluntarios, también se brindaban las manos los unos a los otros al igual que cada uno de ellos en su respectiva labor de cuidador. De ahí la colaboración de todos, en grupo o por parejas; primero en el taller de risoterapia, donde la monitora experta Manuela, propuso una serie de juegos y actividades de lo más joviales, empezando por una puesta en escena de cada participante, con el objetivo de conocerse y acercar posturas, para después pasar por un desfile de modelos, una sesión de baile intenso y hasta una carrera para chapar globos con el “culete”.

Si antes de eso había algún tímido o propenso a la vergüenza, después del taller de risoterapia se le quitaron todos los males, porque para entonces ya habrían agitado lo suficiente tanto el cuerpo como las emociones, preparándolo, posteriormente, para hacer contraste con una relajante clase de masaje tailandés: ese en el que se juega mucho con los chakras y las energías que emanan de los más profundo del alma. Así que nuestros cuidadores todavía tendrían mucho que dar y, de la mano de Manuela, repitieron en la “sala zen” del balneario una serie de ejercicios y estiramientos para reparar tanto las extremidades como las fuerzas de cada uno de los cuidadores, para que pudieran continuar, de esta forma, con su ardua tarea en el cuidado de sus familiares dependientes más allá de las cinco, seis o siete horas de disfrute entre las paredes de un spa que se impregnó de un ambiente mágico y reconfortante, gracias a la presencia, en cuerpo, alma y disposición de nuestros Héroes Invisibles.



Reponiendo fuerzas para afrontar los 90 minutos de Circuito Spa ROMANO de Sensaciones LEANA.



Tras el spa, a los asociados les tocaba cambiar de temperatura con la playa artificial del Balneario de Fortuna



La despedida concluyó, como no podía ser de otra forma, con un saludo a remojo








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